7.2.13

Darker than blue...


Lo conocí en una azotea, decidimos quedarnos juntos porque me convenció su "me encantas". Así de fácil es el cuerpo. Sus ojos no los vi sino hasta habernos establecido bien el uno en la mente del otro.

Sus ojos eran darker than blue... todo sucede en el mismo tiempo. Si hicieses un corte transversal en tu vida sabrías que hay puntos atascados y otros desiertos... no existe el balance ni el equilibrio, solo un efímero promedio. Ella es Andreya Triana hablando de él y sus ojos que no conocí antes de que ella los mencionara. En realidad me detuve ante ellos porque un amigo mío los mencionó, no sé qué hace un hombre viendo detenidamente los ojos del chico con el que su amiga sale. Los hombres son raros.

A ella deje de escucharla por obvias razones, no es fácil terminar, desaparecer, acabar un recuerdo si hay ecos en la caverna que lo refieren. Lo maté como al resto de mis personajes. Y también, como a todos ellos, con la distancia de los años luz la justicia del olvido deja reminicencias dentor de los edificios vacíos suficientes para reconstruir los instantes de alegría.

Sanado el cuerpo, recuperado el anhelo, corre para cometer, una vez más, en un eterno retorno, el suicidio de liarse a otro cuerpo. Romper la existencia.

Ahora es s.Wilson... en palabras de Juana Molina: sálvese quien pueda.


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