29.9.08

en un metro cuadrado


Estábamos sentados en una mesita de un metro cuadrado conversando entre cascos de cerveza, luz neón, rolas rancheras de rocola y borrachos incómodos. Era nuestra segunda noche juntos, comenzábamos a entendernos en el viaje. Viajar pone en perspectiva, se lo adjudico a la distancia que hay entre la realidad y lo cotidiano. El caso es que pisamos el terreno favorito de la escritora, él también es escritor, cuando, al estar a punto de caer en una batalla campal entre ambos, con metralletas, granadas y armas bioquímicas, ella le preguntó con excesivo morbo y curiosidad: ¿entonces, qué es el amor?...

Ante eso no hay más preámbulo sensato que suspirar profundamente, adentrarse a lo que llamamos ser, y buscar una respuesta. Tres tragos de cerveza y dos bocanadas de humo después me contestó: el amor sólo sucede. Fin. Eso es lo único que recuerdo de esa noche, bueno, y que el borracho molesto se robo mi cerveza a medio tomar justo cuando fui a lavarme las manos, porque hay que lavarse las manos antes de comer y después de ir al baño, eso dicen en el radio.

Y así, adopté su idea de que eso, como otra cosa que también dijo que ya olvidé, sucede.

Volvió, en mi casa hay un aire ligero que me arrulla. No volvió mucho, sólo lo suficiente para hacerme dormir a gusto por las noches. Siempre le extrañamos y hoy nos dimos cuenta que no podemos ocultar que somos muy felices con su vuelta. Gracias.





2 comentarios:

Eva Posas dijo...

eso fue con andrelo estevo??????

Anónimo dijo...

Qué morbosa eres análoga!