sobre un cajón

Ella tiene razón, no quiero creerle pero la tiene. Dice pues, que tengo una caja donde he guardado por años globos autoinflables, serpentinas y confeti. Dice que un día no van a caber más en ese lugar y que comenzarán a desbordarse. Si ese fuera el caso, mi cajón resulta ya ser inmenso, creo, pues aún no se desborda.

~A~s puede tener razón, la dueña del cajón lanza confeti a la menor provocación y basta untarle miel en el dedo índice para que te crea que serán siempre felices por siempre. No, no te confundas, no le pasa con cualquiera, no eres cualquiera, no le gusta la miel, y sin embargo... ella te tira confeti, se siente ligerita volando con sus globos de helio por la ciudad, sí, está atrapada. Ella no es libre, lo disfruta, pero algún día lo será.

Puede ser que el cajón esté llenándose, puede ser que ya en efecto esté desbordándose, puede ser, por eso se le ha ocurrido lanzar globos de pintura, sí, no le gusta que le rompas los globos, la fuerza de gravedad no es su amiga. Nomás Soledad, de la que le has apartado. Ella ya no es libre, pronto lo será. No quiere ser libre ahora, disfruta tu infame compañía, pues eso, yo que estoy acá, sé que no es compañía pero nadie ha venido a discutirlo, lo más, a enunciarlo.

Ella disuelve su aliento, hálito de un sueño mal soñado, en la distancia. Esa que les separa, la misma que ha estado ahí y comienza a incomodarle.

No hay más por hoy, hacemos constancia del cajón; por ahora seguimos descifrando el volumen del contenido, para saber por cuanto más estará volando. Para así avisarle que no se gaste todo, ahorrar en tiempos de escasez.

El sol sale todos los días y cuando brilla más, más guardan la obscuridad las sombras...