Por lo menos ya llevo más de dos horas y media en la misma llamada... Éste es el séptimo intento que nada se diferencía de sus anteriores excepto por la duración, todos son fallidos. Después ser una llamada en espera perdida en el abismo de los impulsos eléctricos telefónicos mi conclusión es la misma, sigo obteniendo el mismo resultado: pérdida de tiempo.
De no ser porque mi ocio es máximo ya hubiera colgado el teléfono, la paciencia me ha servido para pasar el rato, que eso ya es ganancia en sí, en cualquier caso sé que muchos ya hubieran recitado una letanía contra el desquite del mal servicio.
El rato ha sido llevadero al ser puesto como "tiempo que uno tarda en desesperarse". Confieso que tuve un quiebre de voluntad al tratar con una señorita que dijo "usted ha esperado tres horas porque no entiende las cosas". Claaaaaaaaaro, justo mi estupidez me tiene aqui, hablando con usted. Ante eso pedi que me comunicará a otra sección de la empresa. Viajar así, entre pisos y personas, me hace pensar del cómo una llamada en espera se conecta por toboganes de luz entre una y otra persona. Lllevando un mismo mensaje.
Después de tres horas, ya no temo de dios jajajaja, eso qué, ya suena a que alucino. Lo cierto es que los procesos burocráticos por cualquier vía (internet, teléfono o entre personas) es por definición ineficiente. Y eso me lleva a pensar sobre las razones que... pensandolo bien es mejor no pensar en eso.
Mi llamada llego a su fin, así como este texto.
Conclusión: ser una llamada en espera perdida no es del todo mala idea en una mañana-tarde de ocio.
Lo bueno, no usaré el teléfono en los próximos años. Gracias Telmex.
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