De él he hablado poco en este lugar... no porque no lo quiera o recuerde. Sólo no ha sucedido. Él fue objeto de un par de textos...
Como dije, hace poco soñe con él... y ahora al leer éste otro texto lo recordé. Hubo una parte donde me contaba sobre sus adicciones, entre ellas, las drogas y la lectura... me dijo, o así lo recuerdo, que nuestra historia se parecía a una relación entre beatniks... Vaya, hasta me mandó buscar en bibliotecas un libro poco editado para leer una carta que algun beatnik (obvio olvide ya su nombre pero tan pronto lo lea sabré quien es) le escribió a otro... Jamás la encontre.
Ahora leyendo esto que estan por leer. Entendí porqué él pensó eso. El entendimiento a través de años, hoy le recuerdo con cariño, una nostalgia sabrosa (tanto que podría provocar su vuelta en mi vida, pero me contendré y la atraparé para no dejarla ir, a la gana de que vuelva claro).
Pues nada, sin más preámbulo dejo está nota. Para recordar el instante en que él volvió a mi.
Creo que nunca como en aquellos años me sorprendí tanto por el género femenino. No es que las conozca ahora - tampoco me quiebro la cabeza ni me como el coco conociendolas; ahora me da lo mismo y me limito a amar a una nada más -, pero en aquellos años, las que conocí, casi todas una pandilla de locas, inadaptadas, jodidas y acomplejadas, me resultaban personajes salidos de un libro de Henry Miller, Kerouac, Burroughs, Celine y Spanbauer. Además era un jovenzuelo inexperimentado que prefería la impresión sobre la experimentación. Deseaba ahondar los recovecos de una mujer, más que penetrarlos y extenuarme en ellos. Quizá por eso me enamoré más y casi no tuve sexo. Era más interesante conocer mujeres jodidas que joderlas.
Ledesma, thanks for coming by.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario