sería más fácil el día si no esperara recibir algo a cambio. necesitar no es mi sensación favorita. incluso en su muestra más básica: el hambre. me desespera tener hambre, me transforma, me vuelve loca, no disfruto esa locura. quizá por eso la repelo tanto. he llegado a pensar que si tuviera la posibilidad, me gustaría no necesitar comer, mucho menos experimentar hambre.
si profundizo, si le quito la maleza, entonces me encuentro a enojo. no sé porqué estoy tan enojada con ese asunto. es irracional ahora. supongo que es locura haciendo de las suyas. y ahora no se ha puesto creativa, como viejis dice pasa a veces. enojo, miedo, irracionalidad. desorden.
vale, esquizoofrenia (ahora así se llama M) toca a la puerta. no es que pretenda siquiera rasgar con la razón su existencia, intermitente por supuesto. viene y va a capricho, yo sólo abro la puerta y lo dejo entrar. cada vez entiendo menos, corrección, le entiendo menos. hoy le mencione, hace menos de una hora recordé su historia y apareció hace diez minutos. no está vez no fue en la esquina de mi casa, safe!
volviendo al inicio, intentaré hacer el ejercico de la escritura en locomoción.
como nota intrascendente, hoy me encontré al chico de la sonrisa perfecta -que espero un día me invite un café para dialogar de los temas más trascendentales de la vida- y me enteré que también escribe. tengo una teoria: los escritores tendemos a atraernos. sí, this is all about atracción fatal. jajajaja.
ya, corto cable, no más inconsistencias en el discurso por hoy.
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